Se entregaron unas ficha con varias siluetas dibujadas de hojas de árboles autóctonos de Asturias (roble, castaño, etc.), y con el nombre del árbol debajo. Llevaron una caja con muchas hojas de esos árboles recogidas en el monte, para que cada uno tenga que buscar las hojas correctas y ponerlas en la ficha junto a su nombre, identificándolas por su forma.

Llevaron unas macetitas pequeñas de cartón biodegradable (que pintaron, decoraron y pusieron su nombre) para cada uno, unos sacos de tierra y semillas de diferentes plantas. Elegieron qué semillas querían y les explicaron cómo plantarlas en la macetita con la tierra. Luego pudieron llevarla a su casa y ver cómo va creciendo, para luego trasplantarla a una maceta o al suelo cuando sea grande.

Para hacer un juego con algo de actividad física, se recurrió al clásico juego del pañuelo pero en una nueva versión: en lugar de con números se hizo con nombres de plantas y animales, temas relacionados con la naturaleza.